ARTE Y CULTURA

El arte como expresión cualificada de la cultura permite materializar creaciones estéticas a partir de diferentes símbolos, técnicas y materiales según la inventiva del autor constituyéndose en la principal herramienta para la transmisión de saberes y, de igual manera, admite la generación de nuevas manifestaciones. Por su parte, la cultura es el marco general que abarca las convicciones, la ideología, el pensamiento y demás aspectos que identifican a cada grupo social.

La identidad cultural es una pieza clave en la personalidad de cada individuo, pues encarna su esencia, sinónimo de su ser. Ese ser que crece con el conocimiento, actuar y querer. Podemos definir la identidad cultural como un conjunto de valores, sentimientos, tradiciones, símbolos, creencias, orgullo y modos de comportamiento que tienen potencial de ser parte de la sociedad y afianzar el arraigo que comparten los pueblos dentro su contextualización común.

En general, la cultura es una especie de tejido social que abarca las distintas formas y expresiones de una sociedad determinada. Por lo tanto, las costumbres, las prácticas, las maneras de ser, los rituales, los tipos de vestimenta y las normas de comportamiento son aspectos incluidos en la cultura, aspectos que en sus diferentes manifestaciones forman el ámbito de las artes. 

Se requiere, entonces, para permanecer en la historia: rescatar, revivir y difundir las costumbres del ayer antes de que el abandono las suma en el olvido total. Aún quedan esperanzas, y mientras haya un abuelo que les cuente a sus nietos alguna historia lejana, les cante una copla, les recite un poema, les enseñe un juego tradicional o les hable del pasado, nuestras raíces no morirán.

Es indispensable que la cultura sea vista en su verdadera dimensión, que seamos capaces de preservar nuestras raíces y de leer también las nuevas expresiones que brotan a diario en las comunidades. Bastaría aguzar la mirada y el corazón para encontrar las canciones, las coplas, los mitos, las leyendas y las variadas manifestaciones que claman para seguir existiendo.

Las supervivencias culturales en Boyacá se deben a los elementos raciales y formaciones socio-culturales entre indígenas (Chibchas o Muiscas) y españoles localizados en el altiplano boyacense.

Un estudio de nuestro variado y nutrido folclor nos lleva al análisis del acervo de las costumbres tradicionales, creencias, música, danzas, coplas, mitos, medicina popular, festividades y todas aquellas manifestaciones artísticas que son el "haber del pueblo boyacense", su herencia ancestral y su legado que, precisamente por tener tal carácter, son del dominio de las masas populares, se aceptan, se aprenden y se transmiten de generación en generación con gran facilidad.


Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche